A tres kilómetros de Otavalo, en Imbabura, se encuentra una puerta que conecta a la actual generación con las tradiciones andinas. La Casa Sol Otavalo es el lugar indicado para conocer de cerca a la comunidad indígena de Peguche.
Así, este sitio es el ideal para compartir con familias que conservan su legado cultural. Las blancas y las coloridas paredes, y su estratégica ubicación, en la cima de una loma, transforman a esta casa en un portal a ese mundo por descubrir.
El lodge está ubicado a un lado de la vía que va a la cascada de Peguche. El desvió en la Panamericana se encuentra en la salida a Ibarra.
La arquitectura de la construcción se distingue a la distancia. Las blancas paredes y el techo de teja es la principal característica de su fachada. Las paredes interiores son coloridas, creando con la luz natural que ingresa por los ventanales un ambiente acogedor. La decoración es tradicional.
La Casa Sol abrió sus puertas en 2006 con los servicios de cafetería, restaurante y hospedaje para 30 personas. Ahora cuenta con un sinnúmero de opciones que hacen más agradable la estadía.
Casa por dentro
Cada rincón es acogedor. En parte se debe a que más que un hotel es una casa con identidad, y a que se siente en su interior la energía de la cascada de Peguche, que se encuentra a pocos minutos.
A esto se suma que las habitaciones tienen vistas panorámicas de los paisajes andinos y del Valle del Amanecer, en donde se encuentra la ciudad de Otavalo.
Las ocho habitaciones y las dos suites cuentan con chimeneas y balcones. También tienen acceso a la terraza, en donde se encuentra el jardín.
Por ese mundo que muestra, La Casa Sol tiene varias menciones como el premio Century International Quality Era, categoría Oro 2007. También tiene el certificado de Turismo Responsable Care ONG en 2007, y es parte de Muyuntik (Red de Turismo Rural-Comunitaria de Otavalo).
A lo tradicional se incorporó algunos servicios como el internet inalámbrico y de lavandería. También tiene un área de lectura, de juegos y televisión, una galería de productos artesanales y un salón de eventos con capacidad para 50 personas.
Comunidad
El principal atractivo del lodge es mostrar a sus visitantes la forma de vivir de la comunidad indígena de Peguche. Por eso, las actividades más recomendadas son las excursiones, las caminatas, los recorridos en bicicleta y las visitas a las zonas culturales y comunitarias. También hay alternativas personalizadas enmarcadas en el turismo comunitario.
El anfitrión Marcos Lema cuenta que el objetivo del turismo comunitario que impulsan es presentar el auténtico Otavalo. “Se muestra como era la vida de nuestros abuelitos”.
Siete familias del lugar participan activamente de esta iniciativa. Estos hogares abren las puertas para que el turista conviva con ellos y de paso aprendan el arte de elaborar artesanías.
Alfonso Chalán, integrante de la Red de Turismo Comunitario de Peguche, señala que la prioridad es “rescatar los nuestro”.
En la recepción de Casa Sol, el visitante puede encontrar información de las opciones que hay. Una de ellas es la posibilidad de conocer cada uno de los talleres en donde se elaboran artesanías como las hamacas y los tapices que se producen en antiguos telares. Otra de las opciones es conocer los sitios culturales de las comunidades, a más de sus costumbres y tradiciones como el lavado de cara en la mágica cascada de Peguche, en el que el novio se purifica con agua antes de casarse.
Gastronomía
Lo que caracteriza a esta casa es el restaurante-cafetería Noveno Inka con su gastronomía novo andina. La carta está compuesta por especialidades y un menú diario, el cual es exhibido. Una de recomendaciones del chef es la crema de maíz, que es preparada con un maíz característico del sector.
El menú diario tiene como entrada arvejas cocinadas con tostado. El locro de sambo complementa esta opción.
El plato fuerte es filete de carne con papas con berro en salsa de sambo y ensalada de legumbres. El postre es dulce de quinua con panela. Para cerrar con broche de oro, un jugo de una de las frutas de temporada acompañado de música en vivo.
Los productos que se usan en la preparación de los platos son producidos en los huertos del lodge y por miembros de la comunidad. Muchos de ellos son orgánicos.
En compañía de un guía del sector, también se puede disfrutar de la gastronomía autóctona en la casa de una de las familias, las cuales reciben capacitación sobre preparación de alimentos. Incluso, el turista puede participar de la preparación de los platillos como el tradicional mote con cuy. En cada hogar, el menú es distinto.
Así, La Casa Sol Otavalo no sólo abre sus puertas, sino que ofrece la oportunidad de conocer de cerca a las familias de Peguche.
Artículo publicado en Revista Pacificard.
Así, este sitio es el ideal para compartir con familias que conservan su legado cultural. Las blancas y las coloridas paredes, y su estratégica ubicación, en la cima de una loma, transforman a esta casa en un portal a ese mundo por descubrir.
El lodge está ubicado a un lado de la vía que va a la cascada de Peguche. El desvió en la Panamericana se encuentra en la salida a Ibarra.
La arquitectura de la construcción se distingue a la distancia. Las blancas paredes y el techo de teja es la principal característica de su fachada. Las paredes interiores son coloridas, creando con la luz natural que ingresa por los ventanales un ambiente acogedor. La decoración es tradicional.
La Casa Sol abrió sus puertas en 2006 con los servicios de cafetería, restaurante y hospedaje para 30 personas. Ahora cuenta con un sinnúmero de opciones que hacen más agradable la estadía.
Casa por dentro
Cada rincón es acogedor. En parte se debe a que más que un hotel es una casa con identidad, y a que se siente en su interior la energía de la cascada de Peguche, que se encuentra a pocos minutos.
A esto se suma que las habitaciones tienen vistas panorámicas de los paisajes andinos y del Valle del Amanecer, en donde se encuentra la ciudad de Otavalo.
Las ocho habitaciones y las dos suites cuentan con chimeneas y balcones. También tienen acceso a la terraza, en donde se encuentra el jardín.
Por ese mundo que muestra, La Casa Sol tiene varias menciones como el premio Century International Quality Era, categoría Oro 2007. También tiene el certificado de Turismo Responsable Care ONG en 2007, y es parte de Muyuntik (Red de Turismo Rural-Comunitaria de Otavalo).
A lo tradicional se incorporó algunos servicios como el internet inalámbrico y de lavandería. También tiene un área de lectura, de juegos y televisión, una galería de productos artesanales y un salón de eventos con capacidad para 50 personas.
Comunidad
El principal atractivo del lodge es mostrar a sus visitantes la forma de vivir de la comunidad indígena de Peguche. Por eso, las actividades más recomendadas son las excursiones, las caminatas, los recorridos en bicicleta y las visitas a las zonas culturales y comunitarias. También hay alternativas personalizadas enmarcadas en el turismo comunitario.
El anfitrión Marcos Lema cuenta que el objetivo del turismo comunitario que impulsan es presentar el auténtico Otavalo. “Se muestra como era la vida de nuestros abuelitos”.
Siete familias del lugar participan activamente de esta iniciativa. Estos hogares abren las puertas para que el turista conviva con ellos y de paso aprendan el arte de elaborar artesanías.
Alfonso Chalán, integrante de la Red de Turismo Comunitario de Peguche, señala que la prioridad es “rescatar los nuestro”.
En la recepción de Casa Sol, el visitante puede encontrar información de las opciones que hay. Una de ellas es la posibilidad de conocer cada uno de los talleres en donde se elaboran artesanías como las hamacas y los tapices que se producen en antiguos telares. Otra de las opciones es conocer los sitios culturales de las comunidades, a más de sus costumbres y tradiciones como el lavado de cara en la mágica cascada de Peguche, en el que el novio se purifica con agua antes de casarse.
Gastronomía
Lo que caracteriza a esta casa es el restaurante-cafetería Noveno Inka con su gastronomía novo andina. La carta está compuesta por especialidades y un menú diario, el cual es exhibido. Una de recomendaciones del chef es la crema de maíz, que es preparada con un maíz característico del sector.
El menú diario tiene como entrada arvejas cocinadas con tostado. El locro de sambo complementa esta opción.
El plato fuerte es filete de carne con papas con berro en salsa de sambo y ensalada de legumbres. El postre es dulce de quinua con panela. Para cerrar con broche de oro, un jugo de una de las frutas de temporada acompañado de música en vivo.
Los productos que se usan en la preparación de los platos son producidos en los huertos del lodge y por miembros de la comunidad. Muchos de ellos son orgánicos.
En compañía de un guía del sector, también se puede disfrutar de la gastronomía autóctona en la casa de una de las familias, las cuales reciben capacitación sobre preparación de alimentos. Incluso, el turista puede participar de la preparación de los platillos como el tradicional mote con cuy. En cada hogar, el menú es distinto.
Así, La Casa Sol Otavalo no sólo abre sus puertas, sino que ofrece la oportunidad de conocer de cerca a las familias de Peguche.
Artículo publicado en Revista Pacificard.
Comentarios
Publicar un comentario