Un disparo, otro y uno más. Tras esos ruidos de las armas, Naún Briones y Arnoldo Cueva forman parte de la leyenda en la provincia de Loja y de la literatura ecuatoriana. Naún Briones es el que lleva la buena fama. Perfeccionó el uso de las armas con el “Pajarito” y se dedicó a robar a los ricos para dar a los pobres. Pero también tuvo sus equivocaciones y sus enemigos como se relata en la novela “Polvo y ceniza” de Eliécer Cárdenas. Tras sus pasos estaba el mayor Deifilio Morocho, quien también en otra historia de Cárdenas, “El árbol quemado” perseguía a Arnoldo Cueva, otro bandolero considerado como el mal ladrón. En estas dos historias se vive o se rememora parte de la historia de Loja y sus alrededores. En esas dos novelas se relata a dos personajes que forman parte de las leyendas y de la realidad del sur del país. “Hay una gran diferencia entre Naún Briones de Polvo y Ceniza, que era un bandolero social, y Arnoldo Cueva, quien es un sicario que trabaja para los grandes intere